“Cuando China despierte, el
mundo temblará.” - Napoleón
Bonaparte
“En el mundo actual, toda
cultura, toda literatura y arte pertenecen a una clase determinada y están
subordinados a una línea política determinada. No existe, en realidad, arte por
el arte, ni arte que esté por encima de las clases, ni arte que se desarrolle
al margen de la política o sea independiente de ella…” –
Mao Tse Tung
¿Qué
tan acertada será esta aseveración de Bonaparte sobre una China, en su tiempo y
según su apreciación, en estado somnífero? ¿Desconocía acaso las múltiples
innovaciones chinas que forjaron y enriquecieron el actual modo de vida e,
inclusive, a diversos artículos de carácter bélico? El propósito del presente
ensayo es ese, desempolvar un poco de información sobre la gran cantidad de
legados materiales que la civilización oriental aportó a la causa del
desarrollo humano.
Dentro del ámbito militar, hemos
sido testigos de una gran capacidad de destrucción y, paralelamente, de
transformación por parte de dicha industria; no obstante a esta gran revolución
occidental en cuanto a creación armamentista, China fue el parteaguas de gran
parte de los instrumentos y tecnologías castrenses actuales. Algunos ejemplos
son el uso pionero del arco y, posteriormente, de ballestas para el combate;
con la adaptación de dispositivos que permitían el disparo secuencial de
flechas, ideando las primeras armas automáticas de la historia. El uso, y creación,
de la pólvora fue de igual manera aportación china. Blindajes con el uso de
papel elaborado especialmente para el soporte de flechazos; aplicaciones de
corrientes aéreas para idear los principios de las futuras aeronaves; la
ingeniosa, aunque desafortunadamente aplicada, granada de fragmentación
consistente, en aquellos tiempos, de flechas, entre otros conceptos más, son
cimientos con los cuales ningún conflicto armado se puede explicar en nuestros
días. Todo ello utilizado mucho tiempo antes que en Europa.
Y si se trata de adelantos que
superaron lo hecho, o no realizado, mejor dicho, por los pueblos europeos,
habremos de recalcar que toda esta exposición de fuerza no tendría cabida sin
un proyecto de navegación de gran envergadura por parte de China; la cual, cabe
resaltar, nunca tuvo intenciones de intervención dentro de otros reinos, sino
intenciones comerciales, en menor medida gracias al desdén del Confucianismo hacia esta práctica, y de
mera investigación científica y geográfica que sin duda enriqueció a la cultura
y conocimiento que actualmente conocemos; que al mismo tiempo sirvió de
referencia para las futuras, muy futuras, expediciones de Colón, Magallanes o
De Gamma, por mencionar algunos ejemplos arquetípicos de excursionistas
europeos.
Dentro de la obra de Gavin Menzies,
historiador de referencia obligada para una básica inmersión en la China
medieval, se menciona las
incursiones del emperador Zhu Di y
sus inmensas tripulaciones de eunucos,
dirigidos por Zheng He, su último
aliado y gente de confianza para la realización de las expediciones. Sin duda
la historia que circunda a ese año mítico, 1421, es apasionante por el vasto
reflejo que la pluma de Gavin da al lector a lo largo de la lectura; no
obstante, hay que recalcar lo siguiente: Tales incursiones no eran las
primeras, puesto que desde seis siglos antes habían ya comenzado los viajes de
los grandes juncos chinos.
De hecho, en la misma inauguración
correspondiente a Zhu Di de la Ciudad Prohibida, se relata la
invitación a líderes de reinos árabes y de territorios cercanos como una
muestra fehaciente del poderío que el imperio
Ming había logrado hasta ese entonces; cabe destacar que ningún
representante europeo hizo acto de presencia, pues en China se tenía poco
interés de interactuar con civilizaciones atrasadas de aquella época.
La caída, imprevista, de la Ciudad Prohibida con directas
repercusiones en contra de la continuación y fomento de las expediciones
marítimas, relatos sobre la calidad inigualable y la incomparable
maniobrabilidad de los juncos, aunado
a un bien elaborado informe de la notable influencia de la cartografía china en
las actuales representaciones gráficas del mundo son algunas de las
características innatas de este libro.
En cuanto a una somera descripción y
conclusión sobre el legado chino para la cultura occidental actual, podemos
mencionar los siguientes aspectos:
·
La variedad innumerable de adelantos en
materia militar; con la cual, no se concibe el actual funcionar de dicha
industria, con repercusiones políticas, geopolíticas y económicas para gran
parte del globo, reiterando su importancia para los países desarrollados de
Occidente;
·
La cartografía y con ella una historia oculta
que, hasta el momento, en numerosos sistemas de educación actuales se omite de
manera deliberada; incursiones y descripciones que para la época se piensan
titánicas son una realidad y muestra clara de que las civilizaciones
consideradas como periféricas tienen
la misma importancia histórica para su estudio como las europeas;
·
Elementos como la inscripción de estelas para
la adjudicación de descubrimientos; el comercio interregional y las labores que
actualmente consideraríamos como aduanales
entre China y diversos puertos – para ejemplificar, el estrecho de Malaca, entre Indonesia y Malasia –; la
aplicación de la llamada Diplomacia
Horizontal dentro de la transportación de líderes para su guía a las
celebraciones inaugurales de la Ciudad
Prohibida, son solo algunos de los aspectos que pueden vislumbrar una nueva
enseñanza de la historia; una historia con las dos caras de la moneda
disponibles para quien así lo desee.
“Todos los países que están más allá
del horizonte y en los confines de la tierra se han hecho súbditos, y hasta los
más occidentales de los países occidentales o los más septentrionales de los
países septentrionales, por muy lejos que puedan hallarse” Así se plasmaba este
pensamiento de Zheng He en una estela
ubicada en Ch’ang Lo, China, durante
el año de 1431. Actualmente China con una pasividad templaria ha repuntado
dentro de la escena política y económica internacional, lo que nos llevaría,
una vez más a interrogar: ¿Habrá sido premeditado el largo sueño chino que
vaticinó Bonaparte? ¿Algún día, acompañado de este repunte chino como potencia
emergente, se velará por una nueva redacción de la historia mundial?
REFERENCIAS RESTANTES:
·
La
antigua China: Los maestros del viento y Armas personales. De
la cadena Hostory Channel.