martes, 29 de octubre de 2013

Sábado negro

El pequeño empleo de estudiante que en estos momentos de mi vida tengo por encargo, en OCESA, me ha permitido darme cuenta de ciertos aspectos organizacionales, de logística y de ejecución para diversos espectáculos públicos. Sin embargo, y a pesar de algunas vicisitudes, lo más preciado del trabajo es tener la oportunidad de ser parte de la masa espectadora y vivir la experiencia de presentaciones únicas; en esta entrega, lo vivido el pasado sábado 26 de octubre en el Foro Sol de la Ciudad de México: "Black Sabbath y Megadeth en concierto".

Para evitar problemas de objetividad con el presente escrito, me reservaré la opinión sobre la apertura de la banda Megadeth, pues he de confesar que conozco poco, o nada, de la banda liderada por Dave Mustaine. Lo que sí no me voy a reservar es una bochornosa anécdota que protagonizó el público mexicano durante la intervención de la banda en mención, pues ante un periodo entre canciones, Mustaine interactuó con su audiencia y les platicó sobre los lugares en donde había tenido cabida las presentaciones anteriores; Argentina, Chile y demás países latinoamericanos vinieron a mención, cuando de repente se crearon abucheos que, de manera acertada, el vocalista de la banda estadunidense se encargó de acallar. Para la reflexión de algunos, que en verdad espero sea interés de muchos, Mustaine declaró: "Come on, you're latinamerican people! ¿Qué es lo que le permite al extranjero ver lo que nosotros ignoramos o no queremos reconocer? La incógnita del malinchismo mexicano.

Ahora lo que en verdad me atañe: La presentación de la mítica banda de Birmingham, Inglaterra, Black Sabbath, con la siguiente lista de temas:

  • War pigs
  • Into the void
  • Under the sun
  • Snowblind (Que Ozzy Osbourne se encargó de traducir al decir "cocaína")
  • Age of reason
  • Black Sabbath
  • Behind the wall of sleep
  • NIB
  • "Desconocida" (Pues una colega universitaria y compañera de trabajo, muy linda ella, por cierto, me contaba sus problemas existenciales y laborales mientras Ozzy introducía el tema )
  • Fairies wear boots
  • Iron Man (Con un excelente solo de batería, previo, por parte de un joven llamado Tommy Clufetos)
  • God is dead?
  • Dirty women
  • Children of the grave
  • Sabbath bloody sabbath / Paranoid
Sería demasiado extenuante describir cada una de las canciones interpretadas por Sabbath aquella noche; solamente ofreceré descripciones de la actuación de cada uno de los miembros participantes.

Ozzy Osbourne: El príncipe de las tinieblas con el clásico atuendo holgado y de color negro tan característico de él, un rostro que en pantallas demostraba el indudable paso del tiempo; no obstante a que la voz de este cantante clásico del Hard Rock en los años 70 del siglo XX se percibía endeble, fue una grata sorpresa notar que en cada grito que emitía, ahí estaba el Ozzy de siempre: "Let me hear you!", "Louder!", "¡Olé, olé, olé, olé...!", "God bless you all!", etc. Increíble sentimiento de constatar la vigencia de Osbourne en el escenario.

Tony Iommi: Con este guitarrista icónico tuve una de las primeras revelaciones sobre las tantas leyendas del Rock and Roll, cuando supe que antes de saltar a la fama con el cuarteto británico había perdido las puntas de los dedos en alguna de sus manos; ¿cuál sería su solución a tal problema?, moldear puntas de goma que se adaptaran a sus dedos lesionados y, así, volver a tocar y convertirse en un virtuoso de las seis cuerdas. Con su típica gabardina de cuero negra y guitarras Gibson SG - en varios modelos - colgadas al hombro, deleitó con precisión, soltura y experiencia en cada solo y riff ejecutado; inalcanzable es la palabra exacta que encuentro para su papel en escena.

Terry Geezer Butler: Como es bien sabido, en el vulgo se suele generalizar, por no decir minimizar, el papel del bajista en la formación de un conjunto de Rock and Roll; pero no hay cosa más alejada a ello que el caso Geezer Butler. Si hay que darle alguna descripción, yo le otorgo la palabra "salvaje" -en un buen sentido de la palabra-; rápido a más no poder, rítmico, agresivo y eficaz; los bajos Fender eran necesarios para hacer vibrar los cimientos del Foro y deleitar a la audiencia. Parte fundamental de Sabbath, sin duda.

Tommy Clufetos: Le debo a un amigo y compañero cercano, su nombre es Ricardo, que también asistió a la tocata cabe destacar, el nombre de este baterista de grandes magnitudes y que, hasta hace poco, me era totalmente desconocido. Previo al tema Iron Man, y recurso excelso para darle descanso a la banda, regaló a los asistentes un majestuoso solo y, al mismo tiempo, demostró la razón y porqué él estuvo en la gira de Black Sabbath como remplazo de Bill Ward, miembro fundador del conjunto de Birmingham. Acertadamente el compañero Ricardo me compartió una palabra que dibuja su excelsa actuación: Bestial, pues no nos hizo extrañar a Ward.


Entre temas clásicos y piezas de su nuevo trabajo de estudio, "13", Black Sabbath demostró porqué son las bases y eje toral del subgénero Heavy Metal y, en general, del Rock and Roll occidental. Dicen que los pesimistas son optimistas con visión realista, y en verdad se ve difícil, por no decir imposible, que la experiencia de tener una vez más a los británicos en tierras mexicanas se repita. Solo quedará el material fotográfico, periodístico y la memoria colectiva de los asistentes a aquel sábado negro; la historia queda asentada una vez más. 

viernes, 11 de octubre de 2013

A 73 años, y dos días, del nacimiento de John Lennon

- "This is my story both humble and true; take it to pieces and mend it with glue"- John Lennon

La frase de líneas anteriores la ubiqué por primera vez en uno de los tantos álbumes póstumos de Winston Ono Lennon, el "Wonsaponatime", para ser precisos; de eso ya han pasado muchos años, debí haber estado en la educación primaria cuando escuché el primer tema, por primera vez, de dicho CD: "I'm loosing you", acompañado de Cheap Trick como una toma alterna a la canción original que, a la postre, aparecería en su última producción de estudio: "Double Fantasy"; sin duda tal agresividad y simplicidad en la toma inédita es la que representaba al John Lennon de verdad, aquel que desde sus inicios en Liverpool se propondría a cambiarle el rostro al pop occidental de la década de 1960.

No pretendo dar otra pequeña biografía de este Beatle, pues la historia ha sido tan repetitiva que ya no es necesaria en estos momentos, además que no me siento con ánimos de sentirme biógrafo ahora; lo siguiente es un ensayo que incluirá el porqué de su importancia, en algunos aspectos, para la música rock actual y, en otro sentido, cómo ha aportado en mi quehacer musical, que aunque es relativamente pequeño, sin duda hace revitalizar al hombre que se sitúa frente al computador y escribe éstas líneas.

Dicho aquello: ¿Qué sería de mi mundo sin la música de los Beatles? Logro recordar que a los cuatro años de edad llegó a mí, por primera vez, una revelación: El álbum "Yellow Submarine"; podrían pensar que sí, obviamente, la sosa canción del submarino amarillo todo niño, o al menos la mayoría, la disfruta, pero a mí lo que de igual manera me cautivaba era la canción "Hey Bulldog!"; se sentía, y aún perdura, la rebeldía de Lennon en tal pieza sin sentido; no podía ver la película animada del disco, pues la sensación de querer gritar al ver cómo los jóvenes de Liverpool eran perseguidos por un perro era insaciable.

A lo largo de los siguientes años seguiría encontrándome con los demás discos de estudio del cuarteto (con una pequeña ayuda de mi padre, he de aclarar); sin embrago, y por cuestiones de tiempo, enunciaré las que considero, y muchos coincidimos, como las obras cumbres de John junto a los Beatles: "The Beatles" (Mejor conocido como el "Álbum Blanco"), "Sgt. Pepper's Lonely Hearts Club Band" y "Abbey Road". En verdad que durante mi educación secundaria no podía dejar de reproducir el "Álbum Blanco", me resultaba sumamente nuevo y adelantado a su época, de 1968, cuando lo encontré; y no solo era el abanico de géneros e instrumentos que coexistían en él, también me llamaba la simple cubierta del disco; decía tan poco que a la vez lo insinuaba todo: faltarían dos años para la separación de los "cuatro fabulosos". Con respecto al "Sgt. Pepper's", tardaría demasiado en comprender su conceptualización; disfrutaba canciones como "Getting better" y "With a little help from my friends" (Un poquito más inclinadas a Paul), hasta que un día algo ocurrió y presté demasiada atención al último tema: "A day in the life", la orquesta, la crítica a la cotidianidad de la vida y los cambios de ritmo acompañados con sonidos de relojes me dejaron claro que esa era la mejor canción que Lennon había escrito y realizado a lo largo de sus 40 años de vida. Con "Abbey Road" vendría el gusto por saber que fue el último trabajo conjunto de The Beatles y, lo más importante, que se grabó sin la presencia de los cuatro integrantes en un mismo estudio; eso para mí refleja su gran capacidad interpretativa. De esta producción me enamoraría de "I want you (She's so heavy), pieza de 8 minutos que tiene un contenido lírico simple, pero su estilo jazz me hipnotiza cada vez que la escucho.

No concibo mi existencia sin música, sin música de The Beatles y de John Lennon, mucho menos. Yo no hubiese tomado una guitarra sin la influencia de éste británico, tampoco sería afín a la guitarra rítmica sin escuchar los acordes raros que Lennon ejecutó a lo largo de su carrera (aunque esto esté aunado a que no soy muy bueno en la guitarra para considerarme "principal", a decir verdad); no habría sentido a usar el pelo largo, a predicar la paz y justicia social en todo el mundo, a contravenir la retórica oficial y optar por un sentido del humor cáustico sin la influencia de John.

¿A qué viene una mención a Lennon en este espacio de Internacionalistas Desobedientes? A aquella pequeña broma que Lennon le gastó a la audiencia real en el Royal Varieti Performance de Londres y frente a la reina Elizabeth debido a su opulencia; a los problemas que le generó un comentario con la sociedad conservadora/cristiana en muchos lugares del globo terráqueo; a la persecución que sufrió en Filipinas junto con Paul, George y Ringo por desairar una comida con la autoritaria mandataria Imelda Marcos; por la protesta que encabezó en alguna habitación de un hotel de la Cadena Hilton, en Canadá, exigiendo el término de la Guerra de Vietnam y por las posteriores investigaciones que la administración Nixon acometió contra él por su activismo político, más las trabas que le generaron para poder residir en la ciudad de Nueva York por los motivos expuestos. Winston era un desobediente a más no poder.

¿Qué le dejó Lennon a las actuales generaciones que gustan del Pop Anglo/Occidental? La fundación de una "banda molde" del rock and roll; las colaboraciones con demás exponentes de tal género, como Chuck Berry, The Rolling Stones, Eric Clapton, Elton John, entre muchos otros; el espíritu rebelde que le valió un sin fin de controversias, positivas, creo yo, con la comunidad internacional de aquel entonces y la vasta creación gráfica, escrita y musical que aún perdura en el gusto y en la memoria colectiva de muchas personas.

Si pudiera agregar otro aspecto más a su legado, sería lo siguiente:
¿Qué sería de la figura de Hendrix sin una Fender Stratocaster? ¿Como concebimos a Jimmi Page sin una Gibson Les Paul? ¿Eddie Cochran sin una de sus Gretsch Hollow Body? Habiendo citado tales analogías: ¿Se imaginan a John Lennon sin su tan característica Rickenbacker 325? Yo no. Y es que el ejemplo es tan claro e increíble; Rickenbacker le debe su éxito y fama al músico inglés desde que éste adquirió su modelo 325/58 en Hamburgo, Alemania, en 1958. Una vez que The Beatles aparecen en la escena del rock and roll, la marca de instrumentos de Santa Ana, California no volvería a ser la misma; Roger McGuinn, George Harrison, Paul Kantner, Pete Townshend, Tom Petty, Johnny Marr, Peter Buck, Noel Gallagher, entre algunos otros, catapultarían al "Sonido Rickenbacker" como característico de ciertos subgéneros de la música pop y folk de la Gran Bretaña y Estados Unidos; inclusive si nos remontamos a escenarios del rock en Latinoamérica, podemos mencionar a grupos como Café Tacvba, Los Bunkers, Los Fabulosos Cadillacs, La Gusana Ciega, Los Tres, Los Prisioneros, Fobia, Zoé, etc, que utilizan instrumentos, guitarras y bajos, de dicha marca estadounidense. Claro ejemplo de cómo los factores externos pueden determinar el éxito o fracaso de una empresa de cualquier ramo.

A John Winston Ono Lennon se le recuerda y conmemora con música, mucha música; sea con guitarra de palo, electroacústica, eléctrica; con alguna armónica; con un piano o con el instrumento innato del ser humano: La voz. Pero al final del día se le celebra así, con la alegría que aquel niño, fruto de la posguerra, se decidió a regalar, con su obra, al mundo entero. Dan en este momento las 12:02 a.m., así que: A 73 años, y dos días, del nacimiento de John Lennon, vayamos todos juntos...


martes, 8 de octubre de 2013

40 años, los mismos sueños

-"Porque esta vez no se trata de cambiar a un presidente, será el pueblo quien construya un Chile bien diferente"-   Inti illimani - Canción del poder popular

De esa manera, y precedida de una pequeña introducción, inicia el "Canto al programa" de 1970; un álbum que podríamos considerar como "conceptual" de Inti Illimani por la secuencia de las canciones y el canto al plan de desarrollo de la naciente, en aquella época, administración allendista. De igual forma, hace una semana, el 30 de septiembre del año en curso, inició el recital "40 años, los mismos sueños" en el Auditorio Nacional con la canción en mención y acompañada de imágenes de la campaña electoral de Salvador Allende Gossens. De manera abrupta, al igual que el término del gobierno de la unidad popular, se hizo un silencio sepulcral y comenzó el programa; pues no solo había que rememorar a Allende a sus 40 años de deceso, junto a él vendría el reconocimiento a dos pilares del arte y cultura, no solo chilena, sino latinoamericana: Pablo Neruda y Víctor Jara.


El formato del acto consistió en remembranzas sobre el contexto chileno del año 1973 y cada intervención no dejó de recordar los aportes de Allende, Neruda y Jara para la cultura y educación del pueblo; dicha iluminación educativa como emancipadora de una población noble y trabajadora que merecía un cambio en las formas de gobernar y que fue intervenida por intereses extranjeros ajenos a la soberanía del Estado chileno. Tras este preámbulo, a continuación daré una pequeña, pero sincera, apreciación de lo escuchado de cada uno de los conjuntos musicales e interpretes; todos ellos grandes exponentes del folclor latinoamericano:

  • Daniel Viglietti:  Interprete de origen uruguayo y muy arraigado con la cultura y con el pueblo mexicano, hizo ampliar las expectativas de una noche memorable; con temas como Dale tu mano al indio, Allende anda por todo Chile y Yo le pregunto a los presentes, Viglietti mostró que aún dentro de los acordes más simples, el contenido lírico de una canción transporta a dimensiones extraordinarias que invitan siempre a la reflexión sobre las relaciones sociales en sociedades tan desiguales como las de nuestro continente. El cantautor no dejó de hacer mención y elogiar al pueblo mexicano por acoger, durante los tiempos de la dictadura, a los exiliados chilenos, además de rememorar sus vínculos artísticos y de amistad con Víctor Jara antes de su asesinato. Grato e interesante descubrimiento me llevé al escuchar por primera vez en mi vida a Daniel Viglietti.  
  • Gabino Palomares:  Para agregar a otro exponente mexicano de canciones populares, de recién descubrimiento para mí, lo encontré a él, en la guitarra, acompañado de un conjunto rítmico muy divertido. Con dos canciones de Víctor Jara, A Cuba y Ni chicha ni limoná, Palomares indujo al público a levantarse de la butaca y emprender el baile; con La maldición de Malinche y La ley de gravedad, no dejó de lado la crítica a la idiosincrasia de algunas personas a privilegiar lo foráneo ante lo nacional y arremetió contra las malas diligencias de ciertos sectores de gobernantes. Como oda a mi campo de estudio, las relaciones internacionales, el guitarrista mexicano alabó la labor de Gonzalo Martínez Corbalá durante su encargo en la embajada mexicana en Chile y la ayuda que éste prestó a los perseguidos del régimen de Allende. Sin duda Palomares provocó que muchos en el auditorio, mínimo, golpeáramos el zapato contra el suelo; todo gracias a sus ritmos dicharacheros. 
  • Santiago del nuevo extremo:  Una banda "relativamente" nueva, pues cuenta ya con algo más de 25 años en la escena; conformados por bajo, batería, guitarra y una flauta transversal, interpretaron canciones de su autoría: Salvo tú y yo, Santiago, quiero verte enamorado y Minga. Un estilo contemporáneo que conjugó la modernidad y los elementos clásicos de la Nueva Canción Chilena. Será interesante aunar más en la trayectoria y obra de este conjunto santiaguino; estas propuestas, como la de Manuel García, por mencionar un ejemplo, siempre sumarán y enriquecerán a la música iberoamericana.
  • Los Folkloristas:  Si se busca material nacional que emule y se encargue de recrear el tan característico sonido andino, conjugado con instrumentos y contenido lírico cien por ciento mexicanos, Los Folkloristas es la opción deseada. No obstante a esta introducción, fue increíble escucharles un tributo a Silvio Rodríguez, cantautor cubano, con El necio; no pudo tampoco faltar su clásico de 1976: Tierra mestiza y La Paloma. A pesar de que gracias a la larga duración de dichas piezas musicales solo se entonaron las mencionadas, fue toda una experiencia ver en acción a este grupo de antaño representativo del folclor mexicano; como recomendación, ofrezco al lector que se dé un tiempo y escuche un tributo a Violeta Parra con la canción llamada La Carta, bonísimo.

Y es aquí donde llagamos a la presentación de dos grupos situados en la cumbre de la Nueva Canción Chilena: 

  • Inti Illimani Histórico:  Me ceñiré a citar las canciones interpretadas aquel mítico 30 de septiembre: La exiliada del sur, Alturas, Canción del poder popular, Samba lando y El aparecido. Solo cinco canciones, ¿Me hubiese gustado que fueran más? ¡Por supuesto! ¡No todos los días Inti Illimani se presenta en México! Sin embargo, pienso que dicha elección de canciones fue más que acertada: Perfecta. Con La exiliada del sur tenemos un clásico de Violeta Parra y un relato imaginario sobre un trayecto que Viola Chilensis realizó en un sueño; analogía sobre dejar todo el ser a lo largo de Chile. Alturas como la sección instrumental por excelencia del conjunto chileno; tema de antología, diría yo. Canción del poder popular sirvió de ayuda al espectador para rememorar lo que pudo haber sido si Allende hubiera terminado con vida su gobierno y una invitación clara a luchar por el deber ser y no conformarse con el ser. Samba lando, ¿qué tienes tú que no tenga yo?..., más claro ni el agua. Por último, y ni mandado a hacer, como reza un dicho del argot popular: El aparecido de Víctor Jara; pareciera que Inti escuchó mi plegaria de poder escuchar ese tema en vivo, de los primeros que mi sentido auditivo tuvo el placer de escuchar al descubrir a Inti Illimani y sumarlo, así, como una fuerte influencia de mi "quehacer musical". 
  • Quilapayún:  Y llegaron los ponchos negros chilenos... De nuevo introduciré el comentario mencionando lo interpretado: Plegaria a un labrador, Mi patria y La muralla. Una vez más con la clásica interpretación a una canción de Jara, en Plegaria a un labrador encontramos un astuto juego entre una oración religiosa y el deseo del orador por redimirse de la miseria y opresión que le infringen las desigualdad entre patrón y trabajador; amén. Mi patria: Coraje ante el destierro, el sentimiento de un exiliado al ser despojado de ese ente intangible, pero profuso, terrenal llamado "patria"; las armonías vocales de Quilapayún son únicas y emotivas a más no poder. La muralla: Al corazón del amigo; abre la muralla; al veneno y al puñal; cierra la muralla (...) Alcemos este muralla juntando todas las manos; los negros, sus manos negras; los blancos, sus manos blancas. Oda a la unidad latina, pues América es de los, y para los, americanos.

Representando, de igual manera, a la lucha indígena del pueblo mapuche, Miguel Ángel Pellao (@tenorpehuenche en la red social Twitter, síganlo ya, ahora, lo recomiendo de sobremanera) interpretó Te recuerdo Amanda, de Jara, y La maza, otro clásico de Silvio por si hubiese faltado algo más; sorprendente voz y fuerte presencia.

Me gusta siempre afirmar que no se puede partir de la vida terrenal, morir, sin antes haber vivido la experiencia de escuchar a ciertas agrupaciones musicales, y estas no son ni cercanas a excepciones. Habremos algunos de esperar pacientemente a otra oportunidad parecida, a un encuentro más con la cultura y humanidades de la hermana nación chilena. Con el presente escrito se deja, para quien así lo desee, esa inquietud de abundar más en la música latinoamericana de antaño; bases del actual legado rico y abundante en materia de  arte sin parangón: La Música.

jueves, 3 de octubre de 2013

Dos de octubre, a 45 años del Movimiento Estudiantil...

En últimos días, incluso meses, el ambiente se percibe tenso debido a las protestas encabezadas por ciertos grupos sociales ante las "Reformas Estructurales" propuestas por el Gobierno Federal en diferentes temáticas de la vida nacional; discrepancia existe entre protestantes y otros miembros de la sociedad civil por las molestias que provocan las movilizaciones en una ciudad, ya de por sí intransitable, que, de igual manera, es clave de las luchas sociales mexicanas: El Distrito Federal. Ante este panorama, recordar cada dos de octubre es revitalizante por los logros que "La generación del 68" alcanzó en pro de las futuras políticas de "apertura democrática" y por el fuerte apoyo de una clase media pujante en plena etapa del "Desarrollo Estabilizador" mexicano. 

Sin embargo, ¿qué tanta importancia, los estudiantes, damos a este suceso magno?, ¿tienen aquellas movilizaciones una interpretación que ayude a las luchas democráticas actuales?, de acuerdo a las movilizaciones de recuerdo por el dos de octubre, ¿podríamos realizar demás acciones que en verdad den significado a la importancia del estudiantado en nuestro país?. Y las más importantes, pienso yo: ¿Qué exactamente sabemos sobre el curso del movimiento estudiantil (Desde julio a noviembre de 1968)? y ¿Está totalmente esclarecido lo acontecido el dos de octubre? La respuesta a las últimas cuestiones requieren de estudio objetivo e imparcial para determinar responsabilidades e interpretación de las acciones por ambos bandos: Estudiantes y Gobierno Federal (encabezado por el ex-presidente Gustavo Díaz Ordaz), pero en las primeras interrogantes, los estudiantes podemos tomar la batuta para, de una vez por todas, evitar los linchamientos mediáticos que ejercen sobre nosotros, las universidades públicas, los medios de comunicación masiva.

Yo no asumo una postura contraria a las marchas por dos razones: Porque dichas marchas fueron la columna vertebral del movimiento estudiantil, y de su relativo éxito; además porque no las culpo sobre los problemas viales de la capital, la solución a dichas adversidades pueden darse con la generación de una "cultura verde" que nos emancipe del uso del automóvil y con inversión al transporte público, en vez de priorizar la construcción, o concesión, de autopistas, distribuidores viales, etc. Pero el estudiantado, si en verdad ha investigado sobre demás acciones llevadas a cabo en 1968, debería asumir no solo una acción contestataria, sino una activa, esto mediante "retribuciones" a la población civil; aún recuerdo cómo en el libro "Los días y los años" de Luis González de Alba, se rememoraba las consultas odontológicas y médicas hechas por estudiantes en la Ciudad Universitaria; o la asesoría en litigios de campesinos desamparados, en las regiones aledañas a la zona metropolitana de la ciudad, realizadas por alumnos de leyes en 1968. Estarán ustedes de acuerdo que ese espíritu solidario es escaso y, de manera urgente, debe ser rescatado por todos los habitantes del país; además de que estas intenciones ganan el apoyo del pueblo y no lo restan, como sucede actualmente.

Lo acontecido durante julio a noviembre de 1968 debe ser motivo de orgullo y no un lastre que indigne a los estudiantes, inconformes por las protestas de cierto sector de la comunidad universitaria; podemos estar en desacuerdo con las medidas que actualmente se toman, pero no basta con ello: hay que ser propositivos.
Sobre este aspecto soy claro: Las fuentes de información siempre están en constante cambio, y habríamos ya de indagar más en demás publicaciones y documentos oficiales que ofrezcan una nueva perspectiva de este hecho histórico. Un ejemplo claro de esto se encuentra en la bibliografía del libro "Arrebatos carnales III" de Francisco Martín Moreno; en la cual, se encuentran archivos desclasificados de la CIA estadounidense que sugieren las intenciones de Washington de utilizar al movimiento estudiantil para desestabilizar al Estado Mexicano e implantar una dictadura militar al mando del General Alfonso Corona del Rosal (Regente en 1968 del DF). Si relacionamos el crecimiento, en tan poco tiempo, de las protestas; la participación violenta e inesperada de los cuerpos policíacos ante una riña callejera entre estudiantes el la Ciudadela (Considerado este hecho como el inicio de las hostilidades) y la preparación militar y política del mismo Corona del Rosal para asumir las riendas de un estado americano en plena época de la Guerra Fría, hacen parecer poco descabelladas las declaraciones de altos funcionarios, sobre todo las de Díaz Ordaz, en dar la responsabilidad del movimiento a los "agentes desestabilizadores".

También Martín Moreno inquieta con interpretaciones del dos de octubre de 1968 en La Plaza de las Tres Culturas de Tlatelolco: Culpa, en base a los mismos desclasificados de la CIA, a francotiradores encabezados por el "Equipo Zorro" (pertenecientes a la nómina del Gobierno del Distrito Federal) y a un cuerpo de Guardias Presidenciales de iniciar el fuego sobre los manifestantes y, muy importante, sobre la tropa del Ejército Mexicano, localizada en los alrededores de la plaza y al mando de, General Brigadier, José Hernández Toledo; de igual importancia es rescatar que este miembro de las Fuerzas Armadas mexicanas fue herido por uno de los disparos hechos por los francotiradores; éste personaje al caer lesionado, provoca un rompimiento del orden castrense de la tropa y genera el famoso intercambio de fuego entre soldados y tiradores. ¿Qué fue lo que detuvo la intentona intervencionista de Estados Unidos? El sentimiento de desconfianza por parte del Ejército Mexicano a raíz de la emboscada de Tlatelolco hacia las autoridades federales del Estado Mexicano; no podía haber gobernabilidad sin el apoyo incondicional de los cuerpos militares, motivo por el cual Corona del Rosal ya no podía aspirar a dirigir una nueva administración auspiciada por el vecino del norte. En estos dos últimos párrafos podría partir un impetuoso debate que contaste a las dos posturas divergentes: Ejército como héroe y víctima o ejército como villano y victimario.

Un proceso tan álgido como el Movimiento Estudiantil de 1968 debe ser abierto a nuevos estudios que liberen de maldiciones dogmáticas a los sucesos y actores del acontecimiento; sugiriendo otro ejemplo, por supuesto que obras como "Rojo Amanecer" son básicas y ofrecen cierta perspectiva de esta historia al público en general, pero se deberían promocionar más visiones gráficas y de investigación como el documental: "1968, la conexión americana", elaborada por el "Canal seis de julio", que va en el tenor de la infiltración de agencias de inteligencia de EE.UU. en el México de 1968.

Agotado ya casi este dos de octubre del 2013, es menester de los estudiantes universitarios interesarse en el estudio histórico del México contemporáneo; es más, debemos poseer la capacidad de interrelacionar tales sucesos con nuestro día a día. Por supuesto, el comentario es porque gracias a los frutos del movimiento de 1968, en el sexenio de Luis Echeverría Álvarez se trató de resarcir el daño a la comunidad universitaria con la creación de los Colegios de Ciencias y Humanidades (CCH), y las otrora Escuelas Nacionales de Estudios Profesionales (actuales Facultades de Estudios Superiores) que nos albergan a algunos en el plantel Aragón, nuestra alma máter.

Son tiempos de reflexión, acompañados de la época moderna y sus herramientas tan variadas para la obtención de información, se debe generar debate constructivo no solo para el esclarecimiento de la historia mexicana, sino también a la resolución de los problemas políticos actuales y, al mismo tiempo, fomentar una visión prospectiva en aras de el progreso de nuestro país. Porque ese es uno de los pilares humanistas de nuestra universidad y porque los estudiantes de esta universidad pública, la UNAM, nos debemos al pueblo mexicano.